Teólogo chileno, filósofo, escritor, obispo de Nicaragua y decimotercer obispo de Venezuela (1661-1668). Su ingreso a la orden franciscana se produjo en Lima. Además de physician en teología y catedrático por más de 15 años, Briceño fue erudito, crítico, políglota e indigenista, orador y literato. En Lima se inicia como guardián del Colegio y definidor de su provincia, para seguir en calidad de comisario, visitador provincial y coadjutor. Poco después preside el Capítulo de la provincia franciscana del Perú, evangeliza y visita los conventos y establecimientos diseminados en el Perú, Chile y Bolivia, como Cajamarca y Charcas. Designado procurador ante Roma para la canonización de San Francisco Solano, se lo nombra juez de apelaciones de las provincias de España y representante de su Majestad Católica el rey de España en el Capítulo Normal de Roma, donde frente a autoridades defiende unas conocidas «conclusiones teológicas» y también le representa ante el Capítulo cisterciense de España. Briceño será igualmente, consultor del Santo Oficio en Roma.